"En cuanto a los esfuerzos para aportar un poco de sentido a la reforma de la política sobre drogas en un mundo que sufre desde hace mucho tiempo el fracaso sin paliativos de la prohibición, la ciencia ha sido en el mejor de los casos una amiga veleidosa y, en el peor, una colaboradora descarada de la injusticia y la mendacidad."En 2005, Peter Webster y Tim Gluckman, sendos puntales del activismo antiprohibicionista, resumían con estas palabras la vergonzosa relación de la ciencia con la política antidroga en una carta publicada con motivo del affaire Ricaurte. En ella anunciaban la creación de Dubious Science, un proyecto de Internet orientado a denunciar la complicidad de buena parte de la profesión científica con la ideología prohibicionista.
La propuesta no salió adelante en su día, pero ahora ha surgido otra iniciativa que parte con muy buen pie. Se trata del International Centre for Science in Drug Policy (ICSDP), que nace con el propósito de aglutinar a los científicos y expertos que echen en falta un poco de racionalidad en el ámbito de las drogas prohibidas.
Lo malo es que, como se señala en un apartado de la declaración de principios de esta organización, los gobiernos usan a su antojo la financiación para asuntos de drogas, y cualquiera que se atreva a mear fuera del tiesto se expone a que su trabajo se pare en seco por falta de fondos (caso de José Carlos Bouso y sus investigaciones sobre el MDMA terapéutico) o a que el enfrentamiento con la ortodoxia deje como único camino honroso la dimisión (caso de David Nutt en el Reino Unido). En cualquier caso, y aunque los obstáculos sean numerosos, hay que felicitar a los impulsores de esta organización, más necesaria aún en un momento en el que la prohibición está siendo cuestionada desde numerosos frentes.
http://www.icsdp.org/
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